Nació en el 3 de enero del año 1871 en HUÁNUCO - PERÚ, considerada en la actualidad como “La Ciudad del Mejor Clima del Mundo”, ubicada a 1,912 m.s.n.m. y a 412 kms. de Lima. Falleció en la ciudad de Lima el año 1942. Sus restos fueron enterrados en el cementerio Presbítero Maestro de Lima
Siendo niño integró el coro de la catedral de Huánuco. Al cumplir 13 años (1884), sus padres, don Marcial Alomía, inmigrante de origen francés, y doña Micaela Robles, dama huanuqueña de antepasados andinos, lo envían a Lima para alentar su talento artístico en el campo de la pintura y las artes manuales. En 1887, en plena adolescencia, conoció al maestro Manuel de la Cruz Panizo, cantor de iglesia, compositor de música religiosa en varias iglesias y monasterios de Lima, quien lo instruyó en el solfeo y en el canto coral.
Viajero infatigable desde los 15 años, recorrió el Perú internándose por los más abruptos lugares de su serranía, recogiendo los cantares y la música que se transmitían de generación en generación, captando melodías tradicionales y leyendas de las épocas incaica y colonial, coleccionando instrumentos musicales y ceramios de las antiguas culturas peruanas.
Posteriormente, Alomía Robles se siente atraído por la medicina, la zoología y la botánica, ingresando como alumno libre en la Facultad de San Fernando. En esta época Panizo contactó al joven Alomía con el maestro Claudio Rebagliati, compositor italiano radicado en el Perú, que le enseña piano, armonía y composición.
Luego vuelve a viajar por todo el Perú, interesándose tanto en la recolección de plantas como en cantos folclóricos, iniciando la Colección Folclórica. Sus numerosos viajes lo llevaron a trasponer las fronteras de su patria en varias oportunidades, visitando Bolivia, Argentina, Ecuador, Panamá y Estados Unidos, en donde radicó en la ciudad de Nueva York por 14 años, desde 1919 hasta 1933.
Su amistad con el sacerdote franciscano español Gabriel Sala en el monasterio de los Padres Descalzos de San Luis de Shuaro fue determinante para sus orientaciones musicológicas, en la misma medida en que lo fue su amistad con Felipe Pedre de Argentina.
En febrero de 1897 contrajo matrimonio con la pianista cubana Sebastiana Godoy, hija de banqueros y hermana del Armando Godoy, radicado en París. De esta unión nacieron diez hijos, entre ellos está el cineasta peruano Armando Robles Godoy.
En 1910 el padre Alberto Villalba Muñoz lo presenta en la Universidad de San Marcos como descubridor —al lado de Castro y Alviña—, de la escala pentafónica de los incas.
Diversas instituciones y personalidades del mundo artístico estadounidense manifestaron profundo interés por su obra: Mr. Peter H. Goldsmith, director de la división interamericana de la American Association for International Conciliation; el maestro Edwin Franko Goldman, director de la banda del mismo nombre; las fundaciones Carnegie y Guggenheim; la Universidad de Columbia y la Universidad de Yale; la Unión Panamericana en Washington y el presidente Harding de EE.UU. Este último propuso su ópera Illa Cori para ser estrenada en las grandes ceremonias de apertura del Canal de Panamá, en 1914. Lamentablemente, el inicio de la Primera Guerra Mundial (1914-1918) frustró el proyecto.
Las casas RCA Víctor y Brunswich grabaron en 24 discos sus principales obras, de las cuales, la plegaria de la zarzuela El Cóndor Pasa, es la que alcanzó mayor difusión y fama. El 16 de junio de 1933 arribó al Callao, regresando a la patria tras prolongada residencia en Nueva York.
Afincado en Lima, recibe homenajes, un nombramiento para un cargo público (jefe de la sección de Bellas Artes del Ministerio de Educación de Lima) y numerosos estrenos con la Orquesta Sinfónica Nacional, bajo la batuta de su entonces titular, maestro Theo Buchwald.
Atacado de septicemia, fallece en Chosica a 30 km al este de Lima el 18 de junio de 1942 a los 71 años de edad, dejando inconclusas varias composiciones y el proyecto de un departamento de investigación con el compositor puneño Theodoro Valcárcel, artista también de estirpe y vocación andinas. Hoy en día sus continuadores más proximos son Alejandro Moisés Chuquillanqui, huancayno, igualmente músico, y Carlos Edgardo Barahona Robles.
Compositor-musicólogo
Daniel Alomía Robles, fue un infatigable compositor de honda raigambre andina. Sus conceptos musicales difieren radicalmente del academismo imperante en la época. Fue, sin lugar a dudas, el primer compositor peruano y, tal vez, latinoamericano, que basó su trabajo de constructor musical en la investigación y estudio constante de los materiales sonoros nativos, específicamente andinos, es decir, aquellos que definen —como afirmara González Prada— "el verdadero Perú, la nación formada por la muchedumbre de indios diseminados en la Cordillera".
Su trabajo creativo encontró en los géneros populares, en la canción y en las breves piezas pianísticas efectivos canales de expresión mezclados en sencillas y espontáneas estructuras formales. Obviamente, en trabajos más elaborados, obras de cámara, sinfónicas y dramáticas, no pretendió alcanzar las complejidades del convencional desarrollo o variación académicas, propias de las concepciones europeas, pero sí dejó hermosos testimonios de una auténtica búsqueda de expresión musical peruana.
Si aparentemente los méritos del recopilador opacaron su genuino talento creador, es necesario establecer que su labor de musicólogo únicamente constituye sólido complemento y fuente de inspiración para la del compositor.
Alomía Robles no sólo legó una estupenda colección de melodías nativas sino que logró, como compositor, una propuesta sencilla, pura y espontánea en el manejo de los materiales sonoros andinos, propuesta visionariamente ligada al quehacer del compositor peruano del mundo contemporáneo.
Sus últimos años los dedicó a revisar su Colección de Melodías Populares, recientemente publicada por su hijo.
Obras
Aparte de esta colección, cabe mencionar entre sus obras la ópera Illa Cori (o La Conquista de Quito por Huayna Cápac); la zarzuela Alcedo, de la que sólo queda la Sereneta; la opereta La Perricholi, de la cual se han encontrado fragmentos; 88 canciones para voz y piano (teclado)piano, destacando aquellas basadas en poemas de Manuel González Prada; una Misa de gloria (1909); los poema sinfónicopoemas sinfónicos El indio, El amanecer andino, y El surgimiento de los Andes; y numerosas piezas para piano que incluyen Las Acllas en el Coricancha, En el Caribe, y varios valses, marineras, y foxes. Todas con el característico sabor incaico que caracteriza a Robles.
La zarzuela, (cuya Plegaria es una de sus obras más conocidas) fue declarada Patrimonio Cultural de la Nación en 1993. La plegaria de El cóndor pasa ha sido interpretada por artistas tan famosos como el dúo Simon & Garfunkel, que compraron los derechos de autor a unos músicos callejeros en Londres, pero años después tuvieron que devolverlo al autor. Este dúo le puso su propia letra con el título “If I could”.
DeEn la actualidad no se cuenta con datos estadísticos oficiales, respecto a cuantas versiones se han grabado en el mundo de este tema, pero según algunos entendidos en al materia debes ser cuando menos tres mil interpretaciones, cifra que se va incrementando cada año, pues toda orquesta u agrupación nueva no resiste la tentación de incluir en su repertorio este magistral tema o tocarlo en algún concierto.
A SABER
La Comisión Pro Retorno de los Restos de Daniel Alomía Robles, luego de más de un año de gestiones, logró que sus restos fueran trasladados del cementerio Presbítero Maestro en Lima a su ciudad natal. El 15 de agosto de 1996 retornó a Huánuco y fue recibido apoteósicamente por un mar humano que formaba cordones desde Las Moras hasta la Plaza de Armas. Hoy descansa en una cripta que se mandó construir especialmente en la casa donde nació y donde en la actualidad funciona el instituto superior de música que lleva su nombre y del cual cada año egresan eximios músicos que aportan al quehacer musical peruano en los diversos géneros.